Barrio Lastarria / Bellas Artes


Es un lugar que destaca por su sello de modernidad y vanguardia en medio de Santiago. Allí confluyen restaurantes de variada y refinada gastronomía, centros culturales, pequeñas tiendas de diseño independiente y galerías de arte, ideales para el encuentro social y cultural.

El nacimiento del barrio, a mediados del siglo XIX, está marcado por la trasformación del Cerro Santa Lucía en un parque público, la creación del  Parque Forestal y la construcción del Museo de Bellas Artes, entre 1872 y 1910, obras  que determinaron la evolución de estas manzanas y son en la actualidad, sus más característicos hitos. 

Fue a inicios 1900 cuando el Barrio Lastarria – Bellas Artes comenzó a consolidarse como un rincón de la capital con características propias, cuyo  desarrollo urbanístico se fortaleció con ciertas edificaciones de tendencia europea, como el Palacio Bruna. 

La cercanía con el centro de la ciudad y su entorno arbolado hicieron de este barrio una zona atractiva para la residencia y talleres de pintores, escritores, artistas y arquitectos, como Camilo Mori, Luis Orrego Luco y Nemesio Antúnez, entre otros. 

La arquitectura de sus casas y fachadas, especialmente las del arquitecto Luciano Kulczewski, retratan la influencia de la arquitectura neogótica de principios del siglo XX. 

Las calles curvas, cortas y algunas adoquinadas, dan cuenta de un pasado aristocrático y son el entorno ideal para los restaurantes y cafés que hoy dan vida a esta área, junto a la oferta de hoteles y hostales, que se sigue ampliando con la aparición de nuevos emprendimientos.

Un hito del barrio es la Plaza Mulato Gil de Castro -llamada así en homenaje al este retratista mestizo de la colonia-, que está rodeada por  restaurantes; los museos Arqueológico y de Artes Visuales; y la Iglesia de la Vera Cruz, construida en 1857.

Con el crecimiento de la ciudad este barrio fue abandonado por la elite, y durante el siglo XX tuvo un carácter más comercial. Sin embargo, desde fines de la década de los años 90, la reactivación de la zona con la instalación de museos, galerías y espacios como el Centro Cultural Gabriela Mistral en 2010, revitalizaron el carácter del barrio, que hoy despliega sus encantos como una zona de gastronomía y actividades artísticas, marcadas por el entorno e historia  del Parque Forestal, declarado Zona Típica en 1997.


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