El nombre de esta calle tiene su origen en la costumbre de llamarla calle de las Monjitas, ya que en esa vía se establecieron las “Monjas Clarisas”, rama femenina de la Orden de San Francisco.
El terreno donde tomaron lugar fue cedido por Alonso Del Campo Lantadilla y permanecieron allí durante 143 años, hasta que en 1821, Bernardo O’Higgins decretó la expulsión de las monjas y la venta de sus terrenos, pues necesitaba el dinero para enviar el Ejército a Concepción a luchar contra el bandido Benavides.
A lo largo del siglo XIX y hasta culminar el 1900, en las residencias establecidas en esta calle se vivía a la europea, dada la gran influencia que el viejo continente ejercía en la aristocracia de la época. Sin embargo, comenzando el siglo XX se alejaron los residentes y aumentó el comercio, los bares y restaurantes.
Fotografía. Lorena Bruna. Guía de Turismo