Santiago en el Siglo XX


A principios del siglo XX, Chile se preparaba para celebrar cien años de vida republicana, para lo cual se realizó una serie de celebraciones y actividades oficiales, que tuvieron como epicentro la ciudad de Santiago.

Se inauguraron edificios, espacios públicos y adelantos urbanos como el Palacio de Bellas Artes, el Palacio de los Tribunales de Justicia, la Estación Mapocho, el alumbrado público y el sistema de alcantarillado, entre otros. En 1908 se inauguró en la cumbre del Cerro San Cristóbal, una imagen de la Virgen María, visible desde cualquier punto de la ciudad.

A los diferentes festejos centenarios asistieron representantes y autoridades de diversos países, quienes dejaron como obsequios, bellas y valiosas esculturas. Entre estos, destacó la Fuente Alemana del Parque Forestal, monumento que potenció este espacio social como lugar de esparcimiento luego de la canalización definitiva del río Mapocho.

En 1930 continuaban los proyectos de modernidad. Emblemática fue la creación del Barrio Cívico que rodeaba al Palacio de La Moneda. Altos edificios públicos albergaron ministerios y otros servicios. De esta forma, el Paseo Bulnes hacia el sur y la Plaza de la Constitución hacia el norte, se establecieron como puntos de encuentro ciudadano.

Desde fines del siglo XIX, Chile entró en un proceso de industrialización que se mantuvo hasta 1950. Esto provocó desplazamientos humanos del campo a la ciudad, lo cual incidió en la falta de viviendas para la clase obrera que llegó a la capital en busca de mejores oportunidades de trabajo.

Comenzaron así los asentamientos ilegales y Santiago empezaría paulatinamente a saturarse. A pesar de los avances en servicios generales y la modernidad que estos ofrecían, la capital también aumentaba en diferencias sociales y comenzaba a mostrar una cara empobrecida que muchas veces se pretendió ocultar.

En esta época comenzó la urbanización al oriente de la Plaza Italia, actual Baquedano, por familias más acomodadas. Éstas crearon nuevos barrios y establecieron simbólicamente una especie de límite social, quedando la zona más adinerada al oriente de esta histórica plaza.


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